martes, 24 de abril de 2012

Adopción: "Sentido común y mucho cariño..." I

Adopción

"Sentido común y mucho, mucho cariño...”

No es mi intención dar consejos a nadie, sólo quiero dar a conocer algunas situaciones que, en la mayoría de los casos, son comunes a casi todas las familias que hemos vivido la adopción de un hijo/a, sobretodo adopción internacional.

Cuando pienso en cómo resolvimos, intentamos resolver, mi marido y yo algunos hechos que vivimos en el proceso de adaptación de nuestra hija, tengo muy claro que la mayoría de esas situaciones, ahora, las resolveríamos de otra manera. Y la fórmula a emplear sería muy sencilla... “sentido común y mucho, mucho cariño”

Sinceramente creo que las personas que nos dieron “ciertos consejos” lo hacían con las mejores intenciones, pero está claro que cada niño/a es un mundo y que las experiencias vividas por estos niños/as antes del momento de la adopción marcarán de forma significativa su forma de relacionarse con nosotros, sus padres adoptivos, en los primeros meses de convivencia.


Primeras horas con nuestra hija/o:

Es normal que os muráis de ganas de abrazarlas, besarlas, achucharlas... pero tened en cuenta que pueden asustarse, interpretarlo como una agresión. Por mucho que nosotros, sus padres adoptivos, hayamos “soñado” con ellas, con ese momento mágico del encuentro, la realidad se impone y la realidad es que SOMOS UNOS EXTRAÑOS para ellas/os, en muchos de los casos con una fisonomía diferente, con un idioma diferente e incluso con un olor diferente al que ellas están acostumbradas. Recuerdo que a mi hija María le llamaban mucho la atención mis gafas y la nariz y orejas de mi marido.

No os preocupéis si al principio, durante las primeras horas, la niña/o se muestra poco activa o incluso adormecida. No es raro que si han tenido que viajar durante horas desde su orfanato, las cuidadoras les den alguna sustancia (natural) que les ayude a dormir durante el viaje. Lo normal es que ese “atontamiento” se les pase en unas horas. Recuerdo que durante el primer día de estar con nuestra hija, pensábamos que aunque nos habían dicho que la niña andaba, no era así, pero bastaron unas horas de sueño para que María se mostrara como “el torbellino” que era...

No hagáis caso a quienes os aconsejen que coloquéis una toalla entre la cuna de la niña/o y vuestra cama, en teoría para que no se acostumbre a dormir con vosotros al lado. La niña/o necesita ir acostumbrándose a nuestra presencia, a sentir que estamos cerca... y difícilmente lo hará si colocamos una barrera entre ella y nosotros.
Mi hija estaba acostumbrada a dormir agarrada a la oreja de otra persona (estuvo en una familia de acogida). Durante los primeros días fue imposible dormirla de otra manera, con el tiempo se fue acostumbrando a dormirse agarrada a su propia oreja o a la oreja de un muñeco...


Hay muchas más cosas que me gustaría seguir compartiendo con vosotros, pero lo dejamos para más adelante...


¡Seguimos en contacto...!






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