“Mi nombre es María, tengo 18 años y soy hija adoptiva. Mis padres me adoptaron cuando yo tenía 1 añito y no recuerdo cuándo me lo dijeron, pero sí cómo lo hicieron, me contaron un Cuento...” Así comienza el relato de María, una joven adoptada con 1 año de edad y a cuyos padres, llegado el momento, se les platearon las mismas dudas que a cada uno de nosotros, padres adoptivos.
domingo, 24 de febrero de 2019
La adopción en la prensa
En la prensa han aparecido artículos relacionados con la adopción:
PRIMERO
Las adopciones nacionales superan a las internacionales en Córdoba pero las solicitudes bajan un 30 por ciento
SEGUNDO
Familias adoptivas en Córdoba: «El objetivo es ayudar a los niños, no ayudarte a ti mismo»
Cuatro padres con historias muy diferentes explican las trabas y alegrías de una opción más compleja de lo que aparenta
jueves, 21 de febrero de 2019
Sin reproches,,,
Hay
en mí una mezcla de sentimientos que hoy me llevan a reflexionar
sobre nuestra relación madre-hija.
Me
llevas al límite, me provocas constantemente con tus desaires y
malas contestaciones, pones a prueba mi paciencia… Y todo porque te
sientes insegura, vulnerable, débil…
El
sentimiento de abandono da vueltas en tu cabeza, centrifuga tus
pensamientos, te arrastra a un pozo de miedos, monstruos y sombras
que no te dejan vivir, no te dejan ser tú. Con tus debilidades y
virtudes, con tus miedos y frustraciones, pero sin rabia, sin
inseguridad, sin falta de autoestima...
Porque
te queremos y te querremos siempre, porque para nosotros, tus padres,
no hay límites ni condiciones a la hora de quererte y darte toda la
seguridad que necesitas, porque eres un ser valioso, eres única y el
mejor regalo que nos ha dado la vida.
Pero
no te lo crees... no te crees que te queremos tal y como eres, que la
adopción es para siempre y que buscaremos todos los recursos
necesarios que te enseñen a quererte a ti misma.
Cuando
aparezca la rabia, tendré paciencia.
Cuando
aparezca el desaire, te miraré a los ojos sin reproches.
Cuando
luches contra tus miedos, te ayudaré a superarlos.
Cuando
busques respuestas, me sentaré a tu lado, sin "sermones".
Cuando
quieras que te abrace, como cuando eras pequeña, no dudes en
buscarme, porque te estaremos esperando SIEMPRE.
Te
quiero mucho, princesa.
martes, 12 de febrero de 2019
El abandono
- Mamá, tengo miedo
- ¿A qué tienes miedo, hija?
- Al abandono…
En ese momento se me rompió el alma, no me podía creer que después de 13 años, ese siga siendo tu “talón de Aquiles”.
- ¿A qué tienes miedo, hija?
- Al abandono…
En ese momento se me rompió el alma, no me podía creer que después de 13 años, ese siga siendo tu “talón de Aquiles”.
Y recuerdo lo que en una ocasión me comentó un amiga psicóloga; “puedes repetirle todos los días que la quieres, que la adopción es para siempre, puedes escribírselo con grandes letras en las paredes de su habitación… ella no lo creerá”.
Y, en cierta manera, es lógico. Si las personas que, supuestamente, tenían que protegerla la habían abandonado, nosotros también podemos abandonarla… No se siente segura. Cualquier acontecimiento negativo, palabra insultante, rechazo por parte de sus compañeros de clase… le hacen recordar que “no vale nada”. Si su madre biológica la abandonó es porque para ella “no vale nada...”Pero ésto no siempre es así… Cuando un niño conoce que es adoptado, se da cuenta que para ser adoptado ha tenido que ser primero “abandonado”, de una forma o de otra. Y este sentimiento invade e impregna toda su vida. Se convierte en una especie de “tiovivo” que da vueltas constantemente en su cabeza…
Simplemente ESTAR, permanecer a su lado, no juzgarlos, ser tolerantes, tener paciencia y no tener grandes expectativas… Vivir el día día, andar con ellos paso a paso, mantenernos cerca o distanciándonos dependiendo de la edad o del momento, ponerles límites que sean razonables, no tomarnos sus constantes desafíos como una cuestión personal, ser al mismo tiempo firmes y tiernos, ellos necesitan nuestra seguridad, nos necesitan, aunque parezca lo contrario…
Es muy importante inculcarles buenos sentimientos hacia la familia biológica. Ayudarles a reconciliarse con su pasado, porque ahí está la clave del éxito para madurar de manera sana y positiva.
Y, sobre todo, expresarles lo felices que nos sentimos de que estén con nosotros, de que sean nuestros HIJOS.
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