martes, 12 de febrero de 2019

El abandono


- Mamá, tengo miedo
- ¿A qué tienes miedo, hija?
- Al abandono…


En ese momento se me rompió el alma, no me podía creer que después de 13 años, ese siga siendo tu “talón de Aquiles”.

Y recuerdo lo que en una ocasión me comentó un amiga psicóloga; “puedes repetirle todos los días que la quieres, que la adopción es para siempre, puedes escribírselo con grandes letras en las paredes de su habitación… ella no lo creerá”.

Y, en cierta manera, es lógico. Si las personas que, supuestamente, tenían que protegerla la habían abandonado, nosotros también podemos abandonarla… No se siente segura. Cualquier acontecimiento negativo, palabra insultante, rechazo por parte de sus compañeros de clase… le hacen recordar que “no vale nada”. Si su madre biológica la abandonó es porque para ella “no vale nada...”Pero ésto no siempre es así… Cuando un niño conoce que es adoptado, se da cuenta que para ser adoptado ha tenido que ser primero “abandonado”, de una forma o de otra. Y este sentimiento invade e impregna toda su vida. Se convierte en una especie de “tiovivo” que da vueltas constantemente en su cabeza…

Simplemente ESTAR, permanecer a su lado, no juzgarlos, ser tolerantes, tener paciencia y no tener grandes expectativas… Vivir el día día, andar con ellos paso a paso, mantenernos cerca o distanciándonos dependiendo de la edad o del momento, ponerles límites que sean razonables, no tomarnos sus constantes desafíos como una cuestión personal, ser al mismo tiempo firmes y tiernos, ellos necesitan nuestra seguridad, nos necesitan, aunque parezca lo contrario…

Es muy importante inculcarles buenos sentimientos hacia la familia biológica. Ayudarles a reconciliarse con su pasado, porque ahí está la clave del éxito para madurar de manera sana y positiva.

Y, sobre todo, expresarles lo felices que nos sentimos de que estén con nosotros, de que sean nuestros HIJOS.

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