miércoles, 17 de junio de 2015

Comienza una nueva vida...


Los primeros rayos de sol iluminaron la carita que asomaba dormida entre las mantas arrulladas.
Una cesta pequeña apenas se distinguía entre los grandes escalones que llevaban a la entrada de un edificio frío y destartalado. Unos pasos se acercaron y pararon en seco.
Al ver a la pequeña criatura acurrucadita, dormida, ajena al momento trascendente que estaba viviendo, la cuidadora la recogió con cariño y susurró en voz baja “ no temas pequeña...”
Dentro del orfanato decenas de cunitas acogían a los pequeños bebés de dos en dos, parecía que de este modo la soledad de las ausencias sería más leve...
Al otro lado de la calle, una mujer destrozada por el dolor lloraba desconsolada, no podía hacer otra cosa...

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